Con estas palabras el obispo de Ocaña, monseñor Gabriel Villa Vahos, animó a la comunidad a vivir la fiesta patronal de la diócesis, en la advocación de Nuestra Señora de Las Gracias de Torcoroma. Dijo que es válido soñar por un mejor Catatumbo.
Tomando las lecturas del Evangelista Juan en el pasaje de la boda de Caná, el obispo mencionó como María sigue diciéndole hoy a su Hijo: “no les queda vino”. “Pero ¿de qué vino se trata? Les falta el vino de la fe, de presencia de Dios en muchas vidas. Les falta el vino de la esperanza, del amor. En muchos hay indiferencia y olvido de Dios. Y el olvido de Dios deshumaniza”, afirmó.
El prelado recordó como en el transcurso de este año, el Catatumbo ha seguido siendo referenciado por noticias tristes como son: los paros, enfrentamientos, amenazas, desplazamientos, masacres, entre otros. Ante esta realidad, hizo un llamado a la comunidad a no ser indiferentes. “La celebración de nuestra fiesta patronal diocesana debe ser una oportunidad para reflexionar y hacer propósitos que nos lleven a aportar en la implantación de una paz duradera, la que brota de un corazón convertido a Dios, al Evangelio”.
Se refirió al papel de las familias para que sean verdaderas escuelas de amor, comunión y servicio. Formando esta unidad matrimonial entre un varón y una mujer, según el designio de Dios. “Les falta el vino del diálogo, la paciencia, el perdón y por esta razón abunda en muchos hogares la violencia intrafamiliar”.
Hizo también mención al tema de la corrupción, hecho que deteriora el tejido social y lleva al empobrecimiento. “Muchos hermanos carecen de lo indispensable para vivir dignamente. Les falta empleo, vivienda, salud y con todo ello viene la violencia. Les falta el vino de la honestidad y ronda como cáncer la corrupción en muchos niveles”, aseguró.
Recordó además las palabras del Papa Francisco donde afirma que la “política es una alta forma de caridad cuando es vivida como verdadera búsqueda del bien común y no para buscar beneficios personales”. Al respecto el prelado exhortó para que “se administren con transparencia los recursos que son de las comunidades y se procuren destinarlos a satisfacer las necesidades básicas de la población, “no se dejen tentar por el cáncer de la corrupción que tanto daño ha hecho a este país y a nuestra región”, puntualizó.
Finalmente, pidió de la Virgen y Madre de Torcoroma, patrona de la diócesis su ayuda para “resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe comprometida, de la justicia y el amor a los más necesitados, de ir a las periferias”.